5 de mayo de 2007
DESPEDIDAS Y UN POEMA PARA SILVI
Lúcida
El verso resucita en su garganta
si miras hacia ella.
Desafía al temblor de los labios
cuando deslizas tus dedos
en su pelo, ahora suelto.
Loca si no la ves o la temes,
ansiosa cuando recupera la calma,
insomne, ¿no la observas?
Rózala ahora que cierra los ojos,
cuéntaselo, dos, tres veces,
hasta que lo crea con certeza.
¡No calles! Ahí está ella.
Regresa lúcida del sueño,
duérmela con un beso.
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